Sofía Gutierrez
Acción Pública | Fe y Alegría en Guatemala
Fe y Alegría Guatemala cumple 48 años contribuir con la educación de los sectores más vulnerables del país, llevando la esperanza y el optimismo para formar personas plenas, que vivan con dignidad.
El Movimiento llega a Guatemala gracias al impulso de las hermanas mercedarias, Blanca Montalvo y Mercedes Rodríguez quienes junto a los sacerdotes jesuitas Nicolás Alvarenga y Jorge Toruño, luego del devastador terremoto de 1976, instalaron el primer centro educativo en la colonia La Limonada, una de las áreas marginales de la Ciudad Capital. A partir de ese momento, Fe y Alegría ha establecido alianzas con el Estado para el sostenimiento y gratuidad a lo largo de sus 48 años, así como en el desarrollo de propuestas educativas.
Esa “chispa” que inició este incendio de corazones llenos de fe y de alegría, hoy educa a más de 19,000 estudiantes en 57 centros educativos alrededor del país, con la colaboración de más 1000 educadores que asumen con alegría su vocación al servicio de las poblaciones más necesitadas, comprometidos con una propuesta de educación que transforme a las personas y a las comunidades donde está presente para que sean agentes activos del cambio social.
“Fe y Alegría nace de una sentida necesidad popular, una creciente conciencia social, una convicción profunda de que el propio ser humano marginado debe por la educación ser el protagonista de su mejoramiento y de su entorno”.
Una apuesta por la educación de calidad para los más desfavorecidos
Con el pleno convencimiento que el derecho a la educación debe ser garantizado para todos y todas sin distinción alguna, Fe y Alegría tiene el compromiso de facilitar ese derecho para la niñez y juventud en condiciones vulnerables, que sea de calidad y con un sentido más humano.
Por eso, su propuesta educativa está basada en la metodología llamada PLENITUD, la Educación Popular y la Pedagógica Ignaciana, a través de la cual Fe y Alegría propone desarrollar habilidades y destrezas de los estudiantes partiendo de la lectura de la realidad donde se desarrolla la curiosidad, el pensamiento crítico y creativo, provocando en la comunidad el compromiso por responder a los retos y a la problemática de la realidad social.
Para Fe y Alegría, la calidad educativa y la inclusión juegan un papel importante durante toda su trayectoria. Además, para los próximos años se ha priorizado el trabajo enfocado en la educación para el trabajo digno, reinserción escolar de jóvenes, el autocuidado, la ciudadanía y la convivencia pacífica que se desarrolla principalmente con las Juventudes, el cuidado de la Casa Común, programas con enfoque hacia las niñas, adolescentes y mujeres indígenas, así como la defensa del derecho a la educación desde las alianzas y el trabajo en red.
Con la alegría como actitud
Fe y Alegría es un movimiento que marcha al ritmo de la alegría, la esperanza y el optimismo. Adopta una pedagogía alegre y liberadora que surge del encuentro con los empobrecidos y excluidos, surge de la fe en Jesús y de las experiencias de fe y de alegría en el compromiso por la transformación personal y social. Fe y Alegría, “dos poderes y dos dones de Dios”, que son capaces de trasformar el mundo.
“Seguimos con la pasión, con la alegría de seguir educando y apostando por los niños, niñas, jóvenes, mujeres de todo nuestro país, colaborando con el Ministerio de Educación para hacer de esta una educación pública y gratuita, una educación de calidad, una educación para todos y todas. En Fe y Alegría queremos educar con mucha alegría, porque con la educación construimos la esperanza de Dios. Con educación generamos esperanza y hacemos posible que nuestra Guatemala tenga un futuro mejor”. P. Francisco Iznardo, Director general de Fe y Alegría Guatemala.
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