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25 enero 2023

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La pandemia del aprendizaje

María Paula Arango Zambrano

Oficina Comunicaciones Fe y Alegría Internacional


La pandemia del Covid19 evidenció y dio paso a otra pandemia evidente: la pandemia del aprendizaje. En los últimos años la crisis sanitaria implicó retrocesos y pérdidas en el ámbito educativo no han afectado a todos y todas por igual, encrudeciendo gravemente la brecha educativa.

 

APRENDER -a conocer, a hacer, a ser y a vivir juntos- y a seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida es un DERECHO HUMANO.

Si bien durante el cierre escolar, casi todos los países ofrecieron oportunidades de aprendizaje a distancia, la calidad y el alcance fueron en el mejor de los casos, sustitutos parciales del aprendizaje presencial. Las pérdidas de aprendizaje han sido muy desiguales. Evaluaciones recientes de la UNESCO muestran que los niños, niñas y adolescentes en muchos países han perdido la mayoría o todo el aprendizaje académico que hubieran adquirido de manera regular en la escuela, siendo los más pequeños y pequeñas; y aquellas personas pertenecientes a los grupos más vulnerables quienes han sufrido las mayores pérdidas; por lo general debido a la falta de acceso a servicios mínimos como electricidad, conectividad, equipos y/o apoyo por parte de sus cuidadores.

 

Según el Banco Mundial, más de 100 millones de niños y niñas se encuentran por debajo del nivel mínimo de comprensión lectora y 617 millones de jóvenes carecen de conocimientos básicos en aritmética y de un nivel mínimo de alfabetización. El mismo informe señala que en países de ingresos bajos y medios, el porcentaje de niños y niñas que tiene deficiencia de aprendizajes, que ya se encontraba por encima del 50% antes de la pandemia, después de la emergencia sanitaria se elevó a casi el 70%.

 

Otra cifra alarmante revelada por este organismo internacional señala que  la brecha de aprendizaje entre el alumnado más rico y más empobrecido ha aumentado un 25% producto, de las desigualdades de acceso a una educación no presencial de calidad.

 

Pero… ¿por qué es importante este tema para Fe y Alegría? 

 

Es una demanda social y colectiva, que además de ser un problema persistente y presente en el sistema educativo, en especial en la educación pública de los países donde estamos presentes, afecta a las familias con más bajos ingresos económicos, en especial a las niñas.

 

Además, esta problemática es una bandera para nuestro movimiento, pues el derecho al aprendizaje no solo se relaciona con el aprendizaje académico, si no con el aprendizaje integral de las personas. Es innegable que una persona al tener déficit de aprendizaje, tiene problemas para desenvolverse en muchos aspectos de la vida, lo que aumenta notablemente la desigualdad y las posibilidades de desarrollo.

 

De igual forma, el derecho al aprendizaje está ligado a la meta 4.1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y desde Fe y Alegría queremos aportar a lograr esta meta en los países donde hacemos presencia, fortaleciendo nuestra misión como Movimiento; aportando al capital humano y a la productividad de los países y las sociedades.

 

A pesar del panorama desolador, la crisis actual puede también representar la oportunidad de transformar la educación. Si se gestiona con acierto, este problema podría gestar sistemas educativos más inclusivos, efectivos y mejor preparados para garantizar a todas y todos una educación y aprendizaje de calidad. Si esta crisis no se toma como una oportunidad, las brechas sociales, digitales y cognitivas que tanto preocupan, inevitablemente se profundizarán en los años venideros.

 

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