Somos imperfectos e inacabados

Daniel Villanueva, SJ

Coordinador General | Fe y Alegría Internacional

Así cantaban a grito los niños y niñas de la Escuela Mons. Aníbal Maricevich de Arroyito, en el norte de Paraguay, en una de las visitas que pude hacer tras la finalización de los eventos federativos en Asunción el pasado mes de octubre. El canto continuaba “seremos mañana actores decentes, dignos, solidarios, sujetos pensantes y forjaremos juntos nuevos paradigmas…” Precioso himno que deja bien claro la esperanza e intencionalidad transformadora del proyecto educativo de Fe y Alegría en estos asentamientos.

Al igual que en otras visitas oficiales, aproveché para visitar algunos centros educativos y tener un tiempo de calidad y diálogo estratégico con el equipo nacional. En esta ocasión, acompañado por Nancy Fretes, odn y Catalino Corvalán, sj, directora y subdirector Nacional de FyA Paraguay, tuve el privilegio de poder viajar al norte del país donde durante dos días visitamos los centros educativos y dos de los colegios agropecuarios del asentamiento de Arroyito y S. Pedro. Por los caminos de tierra roja, característica de estos lugares, nos internamos en contextos empobrecidos, militarizados y con poca presencia estatal, en donde la presencia de Fe y Alegría es signo de solidaridad y motivo para seguir soñando una realidad nueva.

Volví impresionado por el compromiso y larga trayectoria histórica de estos centros y equipos directivos y docentes en la zona, así como por la llamativa dignidad de los espacios y la eficiencia de gestión con recursos bien escasos. Ha sido emocionante oír entonar, a los niños y niñas, cantos de esperanza, fruto de la educación dignificadora que ofrece Fe y Alegría. En medio de la pobreza, surgen los ámbitos educativos que acogen a niños y jóvenes deseosos de aprender y gestar un futuro más equitativo.

Las conversaciones con los equipos y familias desvelaron un claro compromiso por el desarrollo integral de las comunidades así como una visión y creatividad notables siempre en búsqueda de nuevas proyecciones de Fe y Alegría en un contexto demográfico en declive acercándose a nuevas necesidades educativas en población adulta o con necesidades especiales. Mención aparte merecen las escuelas agropecuarias y su interesante proceso de evolución hacia la agroecología y el importante papel que están jugando en la formación de alumnado local para la explotación y desarrollo de fincas y ganado con las técnicas y variedades más apropiadas para los territorios.

El último día lo dedicamos a dialogar con los miembros de la Oficina Nacional. Celebramos la solemnidad de todos los santos en una sencilla eucaristía en la que participaron también personas de la Fundación Jesuita. Al término de la misma, se presentaron los equipos que componen la Oficina nacional, y conversamos sobre sus retos y sus proyecciones. De forma espontánea se abrió un diálogo sobre el momento de la federación y sus desafíos.

En esta misma sesión tuvimos el privilegio de escuchar un informe preliminar sobre el programa PREBIR: de formación rural intercultural bilingüe por radio, uno de los programas históricos y de mayor impacto de FyA en Paraguay, así como del excepcional trabajo con personas privadas de libertad que también es una de las líneas educativas más destacables de la labor de FyA en este país. Como no podía ser menos, hicimos memoria del p. Bartomeu Meliá, sj, gran conocedor de la antropología cultural paraguaya, especialmente la guaraní. Es mentor de la gramática guaraní para las escuelas y colegios de Fe y Alegría. Su sabiduría dejó huellas profundas en la propuesta de la educación intercultural y bilingüe de Paraguay.

La visita terminó en un alegre compartir alrededor de la mesa con todo el equipo de la oficina nacional, donde, una vez más, pude comprobar la excepcional calidad humana y profesional de las personas que conforman Fe y Alegría Paraguay.