Laura Meurer
Comunicación | Fe y Alegría en Brasil
Coordinadores y coordinadoras, así como otros profesionales de los centros de Fe y Alegría Brasil, junto con áreas de apoyo de la oficina nacional, estuvieron en Brasilia (la capital de Brasil) para el Encuentro Nacional de la Fundación. El evento se llevó a cabo entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre y reunió a más de 50 personas de todo el país para hablar sobre las riquezas y desafíos encontrados, discutir la planificación estratégica e intercambiar muchas experiencias.
Para el director-presidente de Fe y Alegría Brasil, el Padre Alexandre Raimundo de Souza, SJ, el Encuentro fue un momento importante para confirmar la misión tan exigente realizada por la Fundación: “Hacemos lo que muchos no pueden o no quieren hacer, con una presencia muy diversificada y llevando educación de calidad a aquellos que están más allá de donde termina el asfalto. Es un lugar de muchos desafíos”.
El Padre Alexandre también destaca que Fe y Alegría trabaja con personas en situación de mucha vulnerabilidad. “Hacemos educación popular y buscamos el Magis. Por eso hacemos mucho con poco. Mi sentimiento es de mucha gratitud por estas personas que forman parte de la misión de Fe y Alegría. Siento que el Encuentro trajo mucha consolación para los participantes, y que nos sentimos verdaderamente parte del cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús”, concluye.
Educación Popular e Incidencia Política en foco
Entre los aspectos destacados del Encuentro estuvo el Seminario Temático “Educación Popular: El Lugar de la Identidad y la Misión en Fe y Alegría”, con la participación de Beatriz Borjas, líder de la Iniciativa Federativa de Formación Pedagógica de Fe y Alegría (en panel virtual), y el Padre Carlos Fritzen, SJ, actual pro-rector administrativo de la Unicap, que también fue Director Nacional de Fe y Alegría Brasil y coordinador de la Federación Internacional del Movimiento.
La semana estuvo marcada por debates sobre Educación Popular, Incidencia Política y la misión de Fe y Alegría, entre otros temas, así como presentaciones de experiencias exitosas e inspiradoras de diversos centros brasileños, además de discusiones sobre los proyectos y la planificación estratégica de la Fundación.
Compartir la vida
El Encuentro Nacional de Fe y Alegría fue también un momento de compartir historias de vida y transformación. Un ejemplo es el de la coordinadora del centro de Natal (RN), Lailde Silva, que compartió su trayectoria de 22 años en la Fundación al hablar de la biblioteca mantenida por el Centro. “Mi historia en la Fundación se confunde con la de la biblioteca, porque fue allí donde desarrollé mi lado profesional y emocional”, cuenta ella, que fue aplaudida de pie por sus colegas al final de su presentación.
La reacción no fue en vano. En la época en que empezó a hacer trabajo voluntario en la biblioteca, Lailde pasaba por dificultades en la vida personal, y encontró en el lugar un refugio entre los libros. “Era una fuga para mí, y a partir de ahí empecé a estudiar y buscar oportunidades. Aprovechaba mi tiempo en la biblioteca para leer y buscar conocimiento, y eso tuvo una gran importancia en mi vida profesional”.
Cuando fue invitada a compartir la experiencia de la biblioteca del Centro de Natal, Lailde no tuvo dudas de que el mejor camino sería contar su historia: “Pensé que era el momento de sensibilizar a las personas, y veo que, cuando contamos nuestra historia, otros se motivan, lo que también nos motiva a nosotros”, explica la coordinadora, que siempre comparte su trayectoria con cada voluntario que llega al Centro. “Muchas personas se emocionan. Creo que el voluntario gana mucho si sabe aprovechar, porque allí puede ganar conocimiento, conseguir una carta de recomendación para el trabajo, tener una indicación. Y el voluntario también recibe mucho. Hablo con propiedad, porque pasé cinco años así, y sentía que hacía un intercambio: iba a trabajar y recibía conocimiento, y eso me hizo querer ser diferente”, comenta.
Motivación y trabajo con la juventud
Profesor y monitor de la Escuela Familia Agrícola de Jaboticaba, ubicada en Quixabeira (BA), Mateus de Jesus Figueiredo da Silva afrontó su primera participación en el Encuentro Nacional de Fe y Alegría como un desafío, pero también como una gran satisfacción. Junto a Beatriz Sá, del centro de Manaus, él dirigió una presentación sobre el trabajo realizado con los jóvenes. La dupla representa a Brasil en la Federación Internacional de Fe y Alegría en la iniciativa federativa de Juventudes.
Con una historia de 30 años, la EFA Jaboticaba se unió a la Fundación en 2022, un cambio que Mateus vivió intensamente. “Cuando llegué a la EFA, en 2021, recibí una gran misión, además de la clase que iba a dar: ayudar a la juventud. Al año siguiente, cuando la Escuela se unió a Fe y Alegría, eso me asustó un poco, porque para nosotros, integrar la Fundación significaba ser más, mucho más de lo que imaginábamos. Entonces me di cuenta de que estaba ocurriendo un gran cambio, y eso me desafió a mejorar aún más la motivación de los jóvenes”, cuenta el educador, que hoy se siente animado por los desafíos que se le presentan, incluida la invitación a participar en el Encuentro Nacional: “¡Es una gran responsabilidad! Pero me gusta enfrentar el desafío, porque así es como perdemos ciertos miedos”.
Desafíos y gratitud
Para Josefa Soares, a el momento aún coordinadora del centro de Ilhéus (BA), el Encuentro tuvo un ambiente de despedida, ya que se preparaba para dejar Fe y Alegría después de 24 años en la institución. “Este Encuentro es diferente porque estoy finalizando un ciclo. A pesar de todo el discernimiento y de haber sido una decisión mía, es un proceso doloroso, porque viene esa incertidumbre de tal vez sentir un vacío, un no pertenecimiento. Y esto nos afecta un poco, sobre todo cuando tenemos un amor muy grande. También tengo una gratitud enorme por todo lo que aprendí durante todos estos años”, comenta.
Ella destaca además que se sintió muy apoyada y acogida en este momento de cambio de ciclo. “Esto ha marcado una gran diferencia para mí, y me está ayudando a pasar por esto de una manera más tranquila y serena. Siento mucho amor, de todo el equipo, de todas las personas y, especialmente, de la Dirección de Fe y Alegría. Esto me consuela mucho”.
Josefa agrega que su trayectoria en Fe y Alegría estuvo marcada por desafíos y gratitud. “Es un trabajo que, a pesar de ser arduo, es muy gratificante, porque actuamos directamente en la transformación de vidas, ayudando a las personas. Así que luchamos y corremos detrás de las cosas, y tenemos ese sentimiento de que estamos haciendo el bien. Al igual que mi trayectoria fue impulsada por mucho amor, mi salida también está siendo así”, concluye.
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