A nivel técnico, este proyecto se enmarca dentro del contexto nacional que, sobre la temática, muestra que en general la población boliviana se caracteriza por tener un 80% de personas trabajando en el mercado informal y por tener fuerza laboral ocupada, pero sin formación profesional (22%). Las causas de esta situación se enmarcan en la pobreza promedio en que vive el país y en la capacidad económica de una sociedad en la que la mayoría de las personas se ven en la necesidad de trabajar antes de dedicarse al estudio. En ese contexto, quienes tienen formación técnica sólo alcanzan al 13%.
Este proyecto busca incrementar el número de estudiantes de 35 ofertas formativas de técnico básico, auxiliar, medio y superior de 13 Centros de Fe y Alegría que encuentran empleo y que desarrollan emprendimientos.
Nos apoyamos en la consideración de que en Bolivia el 23% de la población son jóvenes de entre 16 a 29 años de edad y de esa cantidad, sólo la mitad de quienes están en edad de trabajar (25 a 29 años) tienen empleo o generan autoempleo. Quienes no generan ingresos financieros se encuentran principalmente entre jóvenes de familias de escasos recursos que no accedieron a educación superior, destacando además entre ellos jóvenes mujeres (sólo el 26% tienen estudios superiores y el 14% son madres), indígenas (pese a que el 70% de la población se identifica como indígena y sólo el 13% tiene estudios superiores) y personas con discapacidad (el 18% de la población tiene algún tipo de discapacidad y el 3% accede a estudios superiores).