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Cómo un centro de Fe y Alegría enfrenta la crisis hídrica

Felipe Tzunun
Director de Fe y Alegría No. 49 Santa María Chiquimula, Totonicapán Guatemala


El Centro Educativo se encuentra ubicado en Santa María Chiquimula, uno de los ocho municipios que tiene el departamento de Totonicapán. Según el Censo del 2018, este municipio es uno de los que más padece pobreza. Aunado a esto, se encuentra el tipo de suelo que tiene el territorio. En su mayoría el suelo es de tipo franco rocoso, arcilloso y arenoso. Y en ciertas áreas se observa el suelo erosionado por la tala de árboles y/o por los incendios. 

En el casco urbano del municipio se vive constantemente el problema de estar abastecidos de agua potable. Regularmente el servicio llega a cada hogar una o dos veces por semana, y, en ciertas horas específicas. En este contexto se encuentra el Centro Educativo Fe y Alegría No. 49. En el que albergamos en su interior a más de 500 estudiantes. Estos problemas de sequía han hecho que el centro educativo desde su inicio tenga una visión futurista para solventar el problema de agua dentro de sus instalaciones. 

Por tal razón, se construyeron 4 tanques/Aljibes enormes de almacenamiento de agua. Se realizó una red de recaudación de agua pluvial. Así mismo se colocaron canales en los techos de Zinc y se entubaron para conectarlos a los tanques. Toda el agua que recibe el tejado en invierno se canaliza hacia los tanques para almacenarlos y desde allí se bombea agua para todas las instalaciones durante todo el año. 

Como centro educativo además de proporcionar educación formal, también es un centro técnico, en el que, se brinda educación a los y las estudiantes del ciclo básico en cuatro talleres: a) Estructuras metálicas, b) carpintería, c) Preparación de alimentos y d) Agropecuaria. En este último se requiere de agua para mantener los invernaderos y los animales que tenemos en la granja. Por lo que, el consumo del agua es bastante. En los meses de sequía los tanques se desabastecen.  Por ello, no podemos consumir más agua de lo que se pueda almacenar. Ante esta necesidad donde se requería agua para mantener nuestros invernaderos y los animales; por medio del párroco Ignacio Blásco S.J. Se realiza un proyecto para tratar las aguas grises y así volverlas a utilizar. 

En 2016, se construyó una planta de tratamiento de aguas grises. De esa forma no se ha logrado desperdiciar agua, al contrario, se ha reciclado el agua. Cabe mencionar que el agua que sale de la planta de tratamiento, lo hemos redirigido hacia los invernaderos que tienen plantas que dan fruto como el tomate, el maíz dulce, el chile pimiento, el chile jalapeño entre otros, pero no para las plantas que son tubérculos y así, evitar cualquier inconveniente. 

Sin embargo, el agua entubada que tenemos la hemos establecido en un punto estratégico para que sea potable. Por medio de un proyecto con un programa titulado “El Agua es Vida”, se logró la adquisición de un filtro y así lograr que toda el agua que pase en esa tubería sea bebible. De esta forma, se ha separado el agua potable del agua entubada y de la reciclada, garantizando el uso racional y óptimo del recurso hídrico que tanta falta nos hace.

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