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31 agosto 2022

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Del Maestro en Casa a la multiplataforma

Alexander Medina
Fe y Alegría en Venezuela


Los 47 años del Instituto Radiofónico Fe y Alegría Venezuela

La celebración de los 20 años de la fundación de Fe y Alegría por el P. Vélaz y sus “compinches” Abraham y Patricia apenas estaba “fresquita” cuando al quijote jesuita se le ocurre otra brillante idea, impulsado por el discernimiento que le llevó a interpelarse por la respuesta que debían dar ante los altísimos índices de analfabetismo y deserción escolar reinantes en Venezuela.

 

Para Vélaz era urgente abordar esta realidad apremiante desde la óptica de la educación popular. Inspirado por las experiencias que ya conocía de radio ECCA, en Islas Canarias, y radio Sutatenza, en Colombia, soñó y concretó la propuesta atrevida de la educación para adultos a través de la radio. Es así como en 1975 surge el Instituto Radiofónico Fe y Alegría. Una total novedad en un país donde la calidad educativa ya venía dando sus tumbos.

 

¿Clases por la radio?

En Venezuela, esta “idea loca”, se convertía en toda una innovación educativa. Desde el Movimiento se asumió el compromiso y tras el convenio con emisoras de la Iglesia católica la experiencia del “Maestro en Casa” comenzó sus transmisiones fundamentalmente en Maracaibo, en el occidente del país, y en Caracas, en la capital.

 

Los equipos de docentes, promotores y voluntarios se fueron expandiendo en esas zonas en los primeros años del IRFA. La cita de las clases por la radio para los niveles de alfabetización y educación primaria era para los participantes una religión. Todas las tardes, desde las 2, y de acuerdo con el grado donde estaba inscrito, cada quien prendía su radio en la casa o en cualquier otro lugar para escuchar las orientaciones didácticas.

 

Previamente habían recibido un material pedagógico debidamente preparado por expertos en educación de adultos que intentaba combinar los conocimientos académicos con experiencias y situaciones reales. Fue así como los participantes aprendieron a leer, a escribir, a manejar las operaciones lógico-matemáticas y “abrir los ojos a la realidad”, como lo dijo una vez, hace muchos años en un barrio de Maracaibo, la señora Matilda. Tenía 67 años. Y para ella era toda una emoción.

 

La radio a un segundo plano

La expansión de las radios fue vertiginosa. Y la propuesta de la educación radiofónica también tuvo que ser renovada. Los encuentros sabatinos en los centros de orientación, primero, o los centros comunitarios de aprendizaje, después, se fueron convirtiendo en el eje central de la educación de jóvenes y adultos del IRFA.

 

La educación no formal era mucho más cercana, más próxima, más interactiva. Por eso la radio pasa a un segundo plano y al final ya no era el único instrumento para utilizar. La propuesta tenía que transformarse. El mundo de la tecnología nos imponía nuevos retos y desafíos. El 90% de los participantes del IRFA pertenece a la población juvenil de entre 15 y 22 años. Había que adaptarse. Se elaboraron materiales con CD incorporados, los llamados multimedia. Y proseguimos innovando. Así, antes de la pandemia, nace Sin Salón, una página web con contenidos académicos desarrollados por los promotores educativos del instituto en todos sus niveles. Una opción de fácil acceso que no ha tenido mayor repercusión por las limitaciones de conectividad y electricidad que persisten en Venezuela.

 

Durante la pandemia…

Durante la cuarentena decretada por la aparición del Coronavirus el reto era mayor. En el IRFA fue una obsesión responder a la pregunta de cómo seguir atendiendo a los más de 10 mil participantes de todo el país. La radio surgió de nuevo como una importante opción, pero no era suficiente. La inventiva nos llevó a recurrir a la tecnología de los móviles para el compartir de las asignaciones en la prosecución del año escolar. Y cuando se podía, repartíamos el cuaderno, la carta, el afiche con las tareas entre los participantes de las comunidades populares donde estamos.

 

También en este contexto desde las 23 radios de la red de Fe y Alegría echamos una mano al programa Escuela con el programa radiofónico La Escuela en La Radio, de lunes a viernes. Es una experiencia que aún se mantiene pese a que ya se va recuperando la normalidad en los planteles educativos.

 

El IRFA sigue vigente. Responder a más de 1 millón de jóvenes de entre 18 y 30 años que no terminaron su bachillerato es un inmenso y “provocativo” reto. Hoy en día nos manejamos en la ahora llamada multiplataforma. Ya no es el mero micro programa de las clases. Se trata ahora de combinar ese recurso con el video del Tik Tok, con el WhatsApp, con el Instagram, con el Facebook y otras formas nuevas de contar y enseñar que vayan surgiendo.

 

El IRFA sigue apostando por llegar con educación de calidad para jóvenes y adultos en los barrios, en los caseríos, en los lugares marginados donde están los indígenas Eñepá, Kariña, Mapoyo, Piaroa, Jivi, Yaruros, Waraos, Yukpa, Bari, Guajiros; en las fronteras geográficas y en las de otras exclusiones.

 

Queremos seguir aportándole a Venezuela bachilleres cualificados como técnicos medios en Servicios Administrativos, desde las menciones de Contabilidad, Informática y Tecnología Gráfica. Y vamos por más en cantidad y calidad.

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