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Impacto del Covid-19 en Fe y Alegría Regional Sur: Seguimos educando desde el corazón

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La emergencia por COVID-19 ha desnudado las desigualdades sociales, la fragilidad del Estado ecuatoriano para satisfacer las necesidades de los ciudadanos y ha profundizado la crisis económica que ya estábamos viviendo. ¿Cómo garantizar el derecho que todo niño, niña y joven del Ecuador tiene para acceder a educación que le permita adquirir los conocimientos y competencias para poder alcanzar sus metas de una vida digna que aporte a la construcción de una sociedad justa, solidaria y humanizadora? Como dice el Papa Francisco (Laudato Si), escuchamos el grito de la Madre Tierra, pero también de los empobrecidos, quienes más sufren las consecuencias de la crisis y nos exigen responder de manera efectiva.


Desde la Regional Sur de Fe y Alegría que acoge a más de 6.000 estudiantes, especialmente en Guayaquil, donde mayor impacto ha tenido la emergencia, hemos recogido estos datos que dimensionan el reto al que nos enfrentamos:


El 82,6% de las familias de nuestros estudiantes reciben menos ingresos o han dejado de recibirlos desde que empezó la cuarentena. Será un año muy difícil para nuestras comunidades y para evitar que las familias decidan que sus hijos dejen de estudiar por este motivo (a pesar de que la pensión más costosa en nuestros centros no supera los $28), hemos ampliado nuestros programas de subvenciones, becas, acuerdos de pago, entre otras facilidades, aunque las donaciones que recibimos han disminuido drásticamente. Al inicio del año lectivo hemos conseguido que el 99,67% de los estudiantes se matriculen.


23,66% de nuestros estudiantes tienen al menos un familiar que enfermó de COVID-19 y 22,1% perdieron algún familiar desde que empezó el confinamiento (no todos por COVID-19). Por ello nuestra prioridad debe ser la contención emocional y la resiliencia. Nuestros educadores desarrollaron el programa de formación espiritual y valores llamado Somos un Corazón por el Cuidado y la Vida, que aplicamos desde el 4 de mayo, mucho antes del inicio formal de las clases.


Nuestros maestros no son meros instructores sino que en muchos casos son los primeros cuidadores, lamentablemente a veces los únicos, que apoyan a nuestras familias y les ayudan a vivir el duelo, las escuchan y aconsejan ante las dificultades que están viviendo y caminan juntos para pasar del miedo al crecimiento. Sin embargo, ellos también son afectados:


10,4% de nuestros educadores enfermaron de COVID-19 (otros 23,7% lo sospechan) y casi una cuarta parte de ellos (23,4%) han perdido algún familiar por esta enfermedad. Ante ello desarrollamos programas de Cuidado al cuidador, además de fortalecer sus competencias digitales y metodologías activas para enfrentar la nueva educación a distancia. Además establecimos convenios con la PUCE y la Universidad Católica de Guayaquil para brindar atención psicológica a quienes lo solicitan.


Tenemos la convicción que la educación es el camino para superar la crisis y reconstruir el tejido social. Creemos que es nuestro principal aporte al país y garantizar este derecho es responsabilidad de todos: del Estado, las empresas y la sociedad civil. Educamos para transformar estas realidades injustas y deshumanizadoras. Inspirados en nuestro emblema: seguimos educando desde el Corazón.


Fe y Alegría Ecuador es una obra de los Jesuitas, movimiento de educación popular, promoción social y acción pública que trabaja desde 1964 en el país, y busca contribuir a la transformación de la sociedad mediante la participación y trabajo en redes. Con 74 centros educativos a nivel nacional, atiende a más de 32,000 niños, niñas, adolescentes y adultos, con miras a que todas y todos tengan las mismas posibilidades de una educación para la vida, transformadora, liberadora, inclusiva y de calidad. Si quieres colaborar con la obra social de Fe y Alegría, escríbenos a becas@feyalegria.org.ec.


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