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Afrontar la Brecha Digital para garantizar el Derecho a la Educación

La desigualdad social en el acceso a Internet y las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), se conoce como brecha digital, según el portal Internet World Stats a diciembre de 2020, la tasa de penetración mundial de internet en África era del 47,1% frente al 87,2 % de Europa y el 90,3 % de Norteamérica. 

“Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los hogares ecuatorianos tienen una penetración de Internet en el área rural del 16,6%, mientras en la zona urbana supera el 46,1%” (Primicias.ec). En contextos de pandemia esta desigualdad afecta directamente a la educación.

Milagros Noriega, Directora de la Zona Norte, reflexiona este tema, en el marco del trabajo realizado en las instituciones educativas de esta zona de Fe y Alegría Ecuador.

A un mes de terminar el ciclo escolar 2020-2021 en la costa y en el contexto de pandemia ¿qué reflexiones tenemos sobre el cómo garantizar Derecho a la Educación desde la Zona Norte?

MN: Es necesario continuar trabajando con creatividad y responsabilidad en este momento de crisis sanitaria. Igualmente, se hace imprescindible seguir desarrollando procesos formativos con la comunidad escolar, direccionados a fortalecer la escuela en casa y la utilización de medios tecnológicos. En esta realidad diferente, nos mantenemos con la firme convicción de provocar el trabajo colaborativo entre docentes porque, permite la reflexión, la mejora y la adquisición de saberes colectivos. Así mismo, la experiencia de la implementación de las metodologías y estrategias innovadoras, en esta coyuntura se ha posicionado aún más, dinamizando acertadamente la propuesta educativa a través de la virtualidad, con un rol crucial en medio del brusco cambio que dio el proceso pedagógico de cara a la nueva realidad. Nuestra propuesta es global, estamos atentos a todos los microsistemas que afectan el proceso de enseñanza aprendizajes de nuestros estudiantes, familias, comunidad, situación afectiva, social, económica entre otras. La pandemia trajo consigo desalentadoras cifras que incrementa uno de los más grandes flagelos del mundo; la pobreza, y un sinfín de necesidades urgentes que poco pueden solventar como la conectividad y acceso a medios tecnológicos, esto ha hecho que nos enfoquemos en generar alianzas con el sector privado y declarar la exigibilidad a organismos gubernamentales para mejorar las condiciones de conectividad en las poblaciones rurales, y así que todos puedan tener acceso a la educación. En este acompañamiento global, vemos como primordial, afianzar los vínculos con las familias, es un reto. La enseñanza compartida ha resultado una novedad y contamos con algunas experiencias que nos animan a seguir fortaleciendo la alianza escuela comunidad.

En Ecuador la brecha digital en sectores urbanos-suburbanos y rurales es un obstáculo serio para concretar la educación virtual, ¿cómo hemos garantizado una educación de calidad en estos sectores que atendemos?

MN: En Ecuador se han visibilizado con mucha fuerza las desigualdades; entre estas se encuentran la brecha digital y el escaso acceso a medios tecnológicos en los sectores rurales como una herramienta de aprendizaje. En la Zona Norte atendemos a tres centros educativos con contextos socioeconómicos de empobrecimiento y marginalidad, donde el proceso de enseñanza-aprendizaje se ha convertido en un reto. Para estas comunidades educativas se han generado rutas emergentes de acción desde los diferentes procesos: Gestión, Pedagogía, Bienestar Educativo Integral y Pastoral, para dar respuestas rápidas a las necesidades existentes. Realizamos la dotación de herramientas digitales a los centros educativos para mejorar las actividades escolares junto con la formación a docentes en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs). Afrontar la brecha digital conlleva la creación de estrategias innovadoras como la creación de fichas escolares, comunidades de aprendizaje, trabajo colaborativo entre docentes, conversatorios virtuales con familias, acompañamiento y seguimiento a los distintos actores educativos, una comunicación asertiva, gestión para las familias más vulnerables y que no tienen conectividad. Se valora el talento humano desde el aspecto socio afectivo como parte fundamental en la formación y en la interacción con toda comunidad escolar: estudiantes, familias, docentes y directivos.

¿Cómo debemos fortalecer la relación Escuela-Comunidad ahora que se habla de la enseñanza compartida?

MN: Recalcamos que hoy los docentes son agentes de transformación, en la articulación e integración de los miembros de la familia en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En este sentido, la experiencia de la escuela “El Porvenir” en el norte de la provincia de Esmeraldas, la cual, por su ubicación geográfica, el poco número de habitantes y el nulo caso de contagios, ha permitido que las clases se continúen realizando de manera presencial adoptando las medidas de bioseguridad pertinentes, garantizando así el acceso a la educación. Destacamos el compromiso y labor de maestros y maestras en esta emergencia sanitaria, al poder animar y acompañar a las familias para que sigan comprometidas con el aprendizaje de sus hijos e hijas y, poder asegurarles el derecho a la educación, de momento priorizando la virtualidad, pero conscientes que debemos “movilizarnos por una verdadera innovación educativa que implique una transformación social desde el derecho y la justicia educativa”, concluyó.

La Zona Norte de Fe y Alegría Ecuador mantiene 7 centros educativos en las provincias de Imbabura, Carchi y Esmeraldas, además de un proyecto de atención a niñez en situación de calle llamado “Cuéntamelo Todo Ibarra”.

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