María Paula Arango Zambrano | Comunicaciones Fe y Alegría Internacional
María Paula Arango Zambrano | Comunicaciones Fe y Alegría Internacional
Haití vive en los últimos meses una situación social, política y económica insostenible. La violencia domina las calles y es muy inseguro movilizarse. La falta de productos de primera necesidad ha llevado a gran parte de la población haitiana a condiciones de pobreza extrema. En las últimas semanas, el alza de los precios del combustible, ha llenado las calles de manifestantes que buscan de manera desesperada alimentos, agua y combustible para sobrevivir.
“Desde hace varios meses todo está cerrado y la situación se ha vuelto insostenible”, manifiestan algunos de los colaboradores de Fe y Alegría y otras organizaciones sociales presentes en la isla caribeña. Este panorama tan complejo ha afectado de manera directa las labores de Fe y Alegría en Haití, ahondando la situación de emergencia educativa que ya era bastante profunda en este país.
Situación educativa en Haití
Según el informe presentado en 2021 por la coalición de organizaciones de la sociedad civil haitiana y otras ONG regionales donde dan una mirada a la situación del derecho a la educación en Haití; la tasa de alfabetización de este país, ronda en el 61% (64,3% para los hombres y 57,3% para las mujeres); tasa que es inferior a la media de alfabetización del 90% en América Latina y el Caribe.
Además, resalta el reporte, que la población en edad escolar, de 3 a 18 años, representa el 33,3% de la población (Plan decenal de educación y formación 2020, p. 19). El 23% de la población es analfabeta, de la cual el 30% son mujeres rurales, 24% de los hombres rurales y el 13% de las mujeres que viven en las urbes. De igual forma, la coalición hace referencia a que el 37% de los niños y niñas de entre 36 y 59 meses no asisten a un programa preescolar, lo que agudiza de manera profunda la atención y el desarrollo humano desde la primera infancia.
Por su parte, en todo el país, la tasa de abandono escolar de las niñas y los niños más pobres es la más alta. En las zonas rurales, esta tendencia es más pronunciada: la tasa de asistencia a la escuela es del 50% para la niñez que vive en la extrema pobreza en especial en la ruralidad; frente al 59% de las zonas urbanas. Y si se hace énfasis en el género, la situación es aún más grave: la tasa de asistencia de las niñas que viven en zonas rurales es inferior (cerca del 50%); a la de las niñas que viven en zonas urbanas (70%).
Aunque la tasa de escolarización de la población es muy baja, los esfuerzos del Estado haitiano por para hacer frente a esta situación no son suficientes. El censo 2015-2016 mostró que mientras 3.912.057 estudiantes estaban matriculados en escuelas, 878.291 (22%) estaban en el sistema escolar público y 3.033.766 (78%) en escuelas no públicas (MENFP, 2018). Los colegios públicos son gestionados por el Ministerio de Educación Nacional y de Formación Profesional (MENFP), y los colegios públicos son administrados por particulares, asociaciones comunitarias, organizaciones no gubernamentales (ONG) o iglesias católicas y/o protestantes, grupo en el que está Fe y Alegría (quien maneja un modelo privado sin ánimo de lucro). Lo que hace que el sistema educativo haitiano se diferencie de sus pares por su fuerte dependencia de las escuelas no públicas que atienden a la mayoría de los estudiantes del país.
Aunque en las últimas décadas el gobierno ha puesto en marcha programas para intentar mejorar el acceso a la escuela pública y regular la educación privada, se puede decir que no han sido ambiciosos y exitosos debido a las claras opciones ideológicas hacia el ultraliberalismo y a una pésima gestión de los recursos estatales. En los últimos cinco años, el estado del sistema educativo se ha deteriorado aún más debido a la crisis de gobernanza en el país, la exacerbación de la inseguridad, la criminalidad y las secuelas de la pandemia causada por la COVID-19.
Fe y Alegría en Haití
A pesar de este difícil contexto, donde la oficina nacional ha estado cerrada por meses debido a la imposibilidad de desplazarse; los 16 centros educativos de Fe y Alegría que están alrededor del país siguen funcionando con todo el esfuerzo para continuar garantizando el derecho a la educación de cerca de 4460 personas, de las cuales 2375 son mujeres/ niñas y 2086 son hombres /niños.
La situación es poco alentadora y las necesidades son muchas; sin embargo, a pesar de las circunstancias, Fe y Alegría sigue comprometido con los haitianos porque hoy más que nunca es fundamental garantizarles el derecho a una educación de calidad para promover la transformación social que tanto necesita este país caribeño.
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