Como parte de la Red Jesuita con Migrante, Fe y Alegría Panamá y la Iniciativa Federativa de Migraciones participaron de la Asamblea de la región Centroamérica-Norteamérica (CANA). El encuentro se realizó en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, con el objetivo de ofrecer un análisis compartido del contexto migratorio regional.

Inspirados en el lema de la 110 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado: “Dios Camina con su pueblo”, la Asamblea reunió a 86 personas de 32 organizaciones de diversos modos de responder a la realidad, desde quienes están en frontera hasta quienes investigan y analizan los datos y realidades del proceso migratorio. Además de los países de Centroamérica y Norteamérica, participaron dos países del Caribe: República Dominicana y Haití.

Mirar el camino recorrido y reflexionar la realidad

Durante el evento, compartieron experiencias del último año de trabajo como Red Jesuita Migrante. Además reflexionaron sobre modos y formas de fortalecer la identidad, las estrategias de trabajo y el posicionamiento de la red. De esta manera identificaron líneas de acción para el trabajo de la RJM CANA en 2025.

“Los Estados tienen claro que, el dolor es la estrategia”, fue una de las frases que más resonó durante las reflexiones. Los contextos compartidos desde cada una de las organizaciones, llevaron a entender que las condiciones estructurales siguen golpeando a los más empobrecidos:

– Desigualdad

– Desilusión de los procesos políticos de sus países

– Vulnerabilidad social por el colapso de los sistemas creados para ello

– Desmedida inseguridad sociopolítica de muchos de estos países

-Un sistema inhumano que crea y fomenta las condiciones de exclusión en favor de una minorías

Frente a este panorama, los Estados han priorizado respuestas parciales y paliativas a una realidad estructural. Todas ellas centradas a la idea de la seguridad nacional y por ende a un creciente fomento de la militarización del tema y de las fronteras. Esto sumado a una narrativa creadora de miedo que genera aporofobia (miedo al pobre), que hace chocar comunidades vulnerabilizadas y descartadas por este sistema.

El miedo siempre ha generado reacciones enfocadas a la contención. El miedo latente es que miles de los migrantes que están en México y los que están en camino entrando por el Darién panameño sobrepasaran un sistema migratorio increíblemente obsoleto y “roto”.

La migración es un camino de doble impacto: los que llegan y los que reciben. Comunidades de empobrecidos que se encuentran de repente con otros descartados del sistema. Como señala ACNUR: “Muchas de las personas que cruzan el Tapón del Darién – por lo general, adultos jóvenes y familias – llegan a comunidades indígenas de difícil acceso con hambre y deshidratación, exhaustas y requiriendo atención médica”. Estas comunidades son parte de zonas olvidadas y marginadas carentes de todo, ignoradas hasta que aparecen en las noticias o son conocidas gracias a los migrantes. Es el lugar físico de los empobrecidos, de los descartados, de los que nadie se quiere hacer cargo.

Construir un camino juntos

Como RJM CANA se busca enfrentar el tema de forma regional, abordarlo más allá de las fronteras entre países y responder a las raíces estructurales de la miseria, del hambre, de la falta de educación, porque la migración no es un baúl de historias o dramas al modo de telenovela, son historias de desigualdades, de necesidades no cumplidas, de cambio climático, de desesperación, pero también de coraje y lucha, de sueños y esperanzas, de personas que buscan una vida digna y humana. Por ello se aprobó un pronunciamiento que:

– Denuncia el proceso de militarización, contención y externalización de las fronteras marcado, guiado por políticas de seguridad que no abordan las raíces del problema.

– Se destaca el trabajo de las organizaciones de la red para la atención de personas refugiadas y migrantes así como la “fuerza, solidaridad, audacia y resiliencia de las personas migrantes con las que nos encontramos.

– Finalmente, se instó a los Estados de la región a aplicar la definición ampliada de la Declaración de Cartagena para la protección y la integración de las personas que requieren asilo y refugio; y a los miembros de la Red a seguir atentos y atentas a las implicaciones e impactos en las dinámicas migratorias a partir de los cambios políticos que se están produciendo en la región.

En el tercer día de la Asamblea, Fe y Alegría tuvo participación en el evento Académico desarrollado en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), en el panel de “Realidades de migrantes y fronteras en Centroamérica-Norteamérica”. Allí, Fe y Alegría Panamá (Colíder de la Iniciativa Federativa de Migraciones) expuso parte de la investigación y acción del proyecto “Tejiendo Amaneceres”. En ese panel se compartió con compañeras y compañeros de las Universidades de Seattle, Notre Dame, la Ibero de Ciudad de México y de Guanajuato, así como de la Radio Huaya de la Sierra Norte de Veracruz y que acompaña a los pueblos nahuatl, otomí y tepehua.

El encuentro también incluyó un espacio para visitar zonas fronterizas entre México y Estados Unidos, así como también la visita a organizaciones que ofrecen atención a migrantes en esa zona.

Frente a la incertidumbre: la esperanza es el camino

Dios en su misericordia sigue caminando con su pueblo y ellos y ellas siguen caminando con su Dios. Esta verdad es inapelable para quienes creemos y trabajamos en Fe y Alegría Panamá. Lo vemos cada semana que recibimos en nuestras oficinas a las madres y padres con sus hijos buscando apoyo, alimentos, seguridad, escucha. Lo vemos en sus rostros cuando se les apoya en la regularización, cuando reciben insumos para iniciar un emprendimiento, lo vemos en sus lágrimas de dolor y alegría. Lo vemos en el orgullo que expresan cuando esperan su ayuda solidaria fruto de su esfuerzo semanal. Lo vemos cada semana en los niños, niñas y adolescentes de Tejiendo Amaneceres y sus padres (panameños y de población migrante) integrados cocinando la comida de sus hijos e hijas.

Lo vivimos cuando extenuados nos abrazamos al despedirnos y sentados en nuestras casas repasamos cada instante de esta Asamblea y nos preguntamos ¿Por qué lo hacemos? ¿Con quiénes lo hacemos? ¿Cómo lo hacemos? Cuando les vemos a los ojos y rendimos cuenta al Señor…no por buenos…porque, solo él es bueno…nosotros solo queremos como el profeta Miqueas hacer vida la máxima: “Se te ha declarado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh de ti reclama: tan sólo practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con tu Dios”.(Mi 6,8). Y a eso, queremos aspirar no cansarnos de hacer el bien (Gal 6, 9-11) y acompañando a nuestro pueblo.