Desde Fe y Alegría somos conscientes de que las consecuencias de esta tragedia que estamos viviendo en Honduras no ha hecho nada más que comenzar.
La magnitud de los daños en las personas, en las viviendas y en el campo es impresionante. Hay grandes extensiones de terreno, que recorre el valle de Sula a lo largo del curso del río Ulúa, que han quedado devastadas.
Fe y Alegría y CRS, juntos apoyando damnificados de ETA/IOTA
Las personas han perdido todo lo que tenían, muchos incluso lloran por la vida de familiares y conocidos fallecidos como consecuencia de las avenidas de los ríos; se encuentran alojados en albergues o en casas particulares gracias a la infinita generosidad de familias que comparten lo poco que poseen con los que se encuentran en peor situación que ellos mismos.
En este contexto, el trabajo coordinado entre diversas organizaciones se hace imprescindible para sumar capacidades y evitar duplicidades en los esfuerzos.
Por ello estamos trabajando Fe y Alegría y CRS (Catholic Relief Services) para que ambas organizaciones actúen sobre las víctimas de los huracanes y procuren mitigar en parte el dolor de tantos miles de personas.
El pasado viernes mantuvimos una reunión de coordinación en la que, tras visitar varios lugares de albergue de la ciudad de El Progreso y la Lima, establecimos un calendario de actuación y determinamos las prioridades sobre las que trabajar.
En Fe y Alegría estamos convencidos que sólo sumando esfuerzos y trabajo entre las organizaciones podremos ofrecer a estas personas un horizonte de esperanza.
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