Héctor Escandell
Equipo de comunicaión | Fe y Alegría Internacional
Héctor Escandell
Equipo de comunicaión | Fe y Alegría Internacional
La premisa es una sola: nunca es tarde, siempre se puede aprender a leer y a escribir.
Aprender a leer y a escribir es el primer gran paso para acceder a otros derechos ciudadanos. Y no es que las personas no tengan derechos si no leen o escriben, pero las oportunidades de relacionamiento comunitario y social se potencian si se comprenden las lógicas de la gramática. En Fe y Alegría hay un método: la pedagogía de la educación popular.
Analfabetismo en contexto
En el mundo hay 763 millones de personas analfabetas. La emergencia sanitaria provocada por la COVID-19 agravó la situación, Naciones Unidas estima que, en los países de ingreso medio y bajo, 7 de cada diez niños, niñas y adolescentes no es capaz de comprender un texto. Desde el año 2019, la cifra se incrementó en 20%.
La UNESCO considera que este día Internacional de la Alfabetización es una oportunidad importante para promover el ODS4. Para que el derecho a la educación y al aprendizaje a lo largo de toda la vida y promover sociedades pacíficas, inclusivas, justas y sostenibles.
Alfabetizar con Fe y Alegría
En América Latina, los contextos de pobreza y desigualdad, que imperaban a mediados del siglo pasado abrieron las puertas para que diversas propuestas de alfabetización de la sociedad civil y de la iglesia se hicieran presente en los sectores populares, campesinos e indígenas.
En Venezuela, por ejemplo, el Instituto Radiofónico Fe y Alegría adaptó la metodología de radio ECA, de España para ofrecer una alternativa de alfabetización a los jóvenes y adultos de los barrios y de los campos.
La metodología del Maestro en Casa, impulsada por ECA, también se aplica en otros países de sudamérica como Bolivia, Ecuador y Paraguay.
Los retos de África
La experiencia de alfabetización desde “lo popular” cruzó el continente hacia la República Democrática del Congo y el Chad, apoyados en la propuesta de ECA, la educación radiofónica de Fe y Alegría busca las reducir las brechas de desigualdad a través de propuestas pedagógicas interculturales y bilingües.
En Chad, por ejemplo, a principios de la década pasada, el 80% de la población vivía bajo el umbral de la pobreza, tres cuartas partes de los adultos estaban sin alfabetizar y más del 60% de los jóvenes no sabían leer y escribir. El reto es grande y con la ayuda de socios estratégicos, como Entreculturas y otras obras Compañía de Jesús, es posible dar más y mejor educación.
Para 2021, en plena época post pandemia, el 67,4 por ciento de las personas de 15 años o más en África pudieron leer y escribir una declaración sencilla y comprenderla. A nivel regional, África del Sur presentó la tasa de alfabetización más alta, con un 80 por ciento. África del Norte y Oriental tenían proporciones similares de personas alfabetizadas, alrededor del 71 por ciento. En cambio, el 67,5 por ciento y el 54 por ciento de la población adulta de África occidental y central sabían leer y escribir.
La tecnología
Los desafíos de la alfabetización no solo pasan por propuestas pedagógicas. En tiempos digitales se hace imperativa la alfabetización tecnológica: conectividad y acceso a equipos para que docentes y estudiantes puedan desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje, sin enfrentar fronteras de exclusión territorial o demográficas.
Según cifras de We Are Social y Hootsuit, en 2021 cerca del 60% de la población en el mundo tenía acceso a internet. ¿Qué pasa con el 40% restante?, la exclusión educativa y el analfabetismo también se mide en el acceso a internet que no tienden los habitantes de las periferias, zonas rurales e indígenas.
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