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31 agosto 2022

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Levantar la bandera de la educación

Héctor Escandell
Comunicación | Fe y Alegría Internacional


La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 cambió por completo la cotidianidad de la ciudadanía, cerró lugares y aisló las voluntades de hacer comunidad por mucho tiempo. La educación también cerró y no ha vuelto a la “normalidad”. La mayoría de los estudiantes quedaron atrapados en una espiral opresora que contrastó las campañas de virtualidad y modernidad. ¿Cuántos tuvieron la oportunidad de contar con equipos y conectividad?, ¿cuántas niñas lograron acceder a un sistema educativo adaptado a las condiciones reales en las que viven?

 

El animador del Eje de Acción Pública de la Federación Internacional de Fe y Alegría, Miguel Molina, lideró un espacio de reflexión con actores vinculados a las comunicaciones y la incidencia en varios países y grupos de trabajo, en el que se discutió la actualidad educativa “postpandémica” y la necesidad de generar acciones para llamar la atención de los Estados, que deben garantizar acceso a educación de calidad en todos los territorio.

 

Los retos de Fe y Alegría

“Los retos que Fe y Alegría enfrenta no han cambiado, se han profundizado…”, dice Miguel Molina al referirse a la acción Pública del Movimiento. “La pandemia nos ha dejado los males de antaño, pero más agravados, temas como cobertura, deserción escolar, la pobreza y la exclusión. Temas como el no tener acceso a la tecnología y a la misma educación. La pobreza manifestada concretamente en los sectores que acompañamos…” Estas realidades invitan a levantar la voz y a crear propuestas concretas para avanzar en la inclusión de los territorios a sistemas que garanticen procesos educativos contextualizados a sus realidades y posibilidades de crecimiento y desarrollo.

 

¿Por dónde va la incidencia?

“La educación está en emergencia”, dijo Fe y Alegría durante la pandemia, ahora toca construir con los Estados y la sociedad propuestas para eso que llaman la nueva normalidad. Que la próxima etapa sea una garantía de derecho para todos los sectores vulnerables.

 

Los primeros meses de la llamada postpandemia, “lastimosamente no es una realidad alentadora” para muchos que viven bajo estructuras que generan opresión. Miguel Molina hace énfasis en la necesidad de levantar la bandera de la educación en favor de las juventudes que aspiran tener espacios de participación en la construcción de modelos incluyentes y sostenibles.

 

La incidencia de Fe y Alegría se perfila hacia la generación de condiciones para contrarrestar el rezago y la pérdida de aprendizaje. También se asoma la bandera de inclusión y el financiamiento a la educación.

 

2023 a la vista

Los próximos meses serán de planificación y desarrollo de estrategias para impulsar acciones de incidencia política y acción pública en entornos globales y en los países en los que Fe y Alegría es un actor relevante para exigir a los Estados y los gobiernos más y mejor atención a los centros educativos para procurar un verdadero pacto por la educación.

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