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El Rostro Humano de la migración

Durante la última semana de Julio, el equipo de Fe y Alegría Panamá participó en una jornada contra la trata de personas en movilidad, bajo el lema: «Llegar a todas las víctimas de la trata sin dejar a nadie atrás». Esta actividad se llevó a cabo en David, Chiriquí, donde se pudo constatar que la situación en este territorio se agrava debido al «atrapamiento migratorio forzado» en la zona fronteriza, provocado tanto por las restricciones en Estados Unidos y en la región, así como por la falta de recursos económicos que limita la movilidad de esta población.

 

David es un área de espera para la población migrante, algunos regresan desde Paso Canoas, ya que la última decisión del Servicio Nacional de Migración (SNM) es hacer el traslado directo desde Los Planes de Gualaca hasta la frontera con Costa Rica, cuyo traslado tiene un costo de 10 dólares, sumado a los 40 dólares que deben pagar para llegar a David desde Darién. Muchas personas migrantes duermen en la terminal, mientras que otros lo hacen en sus carpas en callejones. Entre ellos se encontraba una joven venezolana con su hija de 6 años que deseaba retornar a Colombia, ya que al no contar con dinero y estar en situación de calle, no quería seguir exponiendo a su hija. Así, otras familias deciden retornar a David para evitar el desorden que describen como la situación actual en Paso Canoas.

 

El aumento de grupos familiares ha dejado a miles de mujeres y menores de edad en situación de extrema vulnerabilidad. En David confluyen los dos flujos migratorios más importantes que llegan al país: el Centroamericano y el de Sudamérica. Un migrante nicaragüense que llegó hace unas semanas y se gana la vida vendiendo “vigorón” (chicharrón y yuca) a la salida de una cantina, señaló que “no es fácil, sobre todo cuando no cuentas con los carnets de salud, y existe el riesgo de que migración te regrese a Paso Canoas”, que por ahora se ha vuelto una muralla impenetrable que te obliga a retornar a tu país o aventurarte a la realidad de Centroamérica, o en el mejor de los casos situarse en la “espera” fronteriza.

 

Fe y Alegría, fiel a su misión de estar en las fronteras de la exclusión, hará sus mejores esfuerzos para seguir acompañando a esta población vulnerable y manifestar su solidaridad con la población migrante.

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