Tras 57 semanas de educación ininterrumpida, los ecos que llegan tanto desde los destinatarios como los directivos nos confirman el servicio de calidad gratuito ofrecido desde Fe y Alegría Paraguay. Es por eso que hoy decidimos contar algunas experiencias detrás de Ñañomoarandu Radio Rupive, un trabajo sincronizado, de días laborales, fines de semana, feriados, noches y madrugadas.
Ana María Ríos es la encargada de gestión institucional y quien estuvo al mando de la impresión, recepción, conteo y distribución de las cartillas de distribución gratuita que fueron entregadas a todos nuestros centros educativos desde el 25 de mayo del 2020.
«Un trabajo de dos años con una experiencia muy rica, con sorpresas, porque nos sorprendemos de lo que realmente somos capaces en una emergencia que nadie tenía previsto. Ni siquiera pensamos alguna vez que la educación podía parar. Fueron respuestas que se fueron dando y experiencias que se fueron quedando» comienza diciendo Ana María.
También hablamos con Irma Samudio, coordinadora pedagógica, quien coordinó uno de los equipos encargados de realizar los planes y la redacción de las áreas desarrolladas en los cuadernillos, quien rememorando el punto más crítico de la pandemia, cuando el pico de altos subía considerablemente, reconoce la labor de los docentes en la misión de hacer llegar los materiales a los estudiantes:
«Destacamos la valentía y el coraje del equipo directivo, porque si se enfermaba algún profesor, era ese equipo el que tenía que hacer la distribución. -agrega Irma- A pesar de las dificultades el bien era mayor. Hubo momentos en que tenía que recurrir a compañeros. Pensar que no estaba sola, sino que había un equipo de trabajo en donde podíamos apoyarnos me reconfortaba. Gracias a Dios y gracias a todo ese engranaje, a toda esa sinergia no hemos fallado ni una semana».
«El año pasado fueron 25 semanas y este año fueron 32. En el año en que estaba todo cerrado trabajamos el doble, porque trabajamos sin hora, eso era comenzar e ir hasta las 23, las 00 de la noche y a esa hora los compañeros todavía te mensajean. Era un trabajo que no paraba y uno no está solo. Eso es lo bueno de trabajar en equipo, vos sentís que no estás solo, no sos vos la única isla que está ahí, sino que hay montón de gente trabajando contigo. -añade Ana María- Fue un año donde el país para, pero parece que nosotros corrimos el doble. Pero toda esa satisfacción es lo que hoy después de estas 57 semanas podemos evaluar y vamos sacando lo positivo de todo eso».
«Nos preparamos para 9.00 0 alumnos, pero en el camino se iban sumando otros. Las escuelas de Fe y Alegría manifestaban que la matrículas de los estuediantes iban creciendo porque había alumnos de escuelas públicas, entre otras, que se matriculaban en escuelas de Fe y Alegría para para poder tener acceso a este sistema, a este modelo educativo que era el de los cuadernillos. También había escuelas enteras, como el caso de Marina Kue, que solicitó incorporarse y trabajar con nosotros para tener acceso a esos cuadernillos. Entonces, uno se da cuenta que todo ese servicio que está haciendo es un servicio que parece no tener barreras ni murallas. Había gente que podía acceder a la radio y seguir las clases desde otros lugares donde no está Fe y Alegría. Es una satisfacción grande ver que uno puede hacer incidencia» expone Ana María.
Educación que trasciende
«El momento más lindo era cuando escuchaba experiencias de las familias. -menciona Irma- Algunas mamás decían que aprendieron con sus hijos. Mamás que no leían ni escribían y sin embargo a través de los audios, de las cartillas y acompañando a sus hijos aprendieron a leer y a escribir. Eso nos anima muchísimo y nos da muestra, nos indica que el trabajo vale la pena».
Y continúa diciendo: «Cuando tuvimos la oportunidad de recorrer las escuelas con la nueva Directora, la hermana Nancy, decían «si no hubiese existido, si no se hubiese hecho estas clases radiales con los cuadernillos, mi hijo ya no se iba a ir a la escuela». También al término los directores nos decían «nosotros no tuvimos deserción, al contrario, hemos aumentado la matrícula»».
María es madre de alumnos de Fe y Alegría, ella es una de las beneficiarias de este proyecto, ya que a medida que acompañaba a su hijo ella también aprendió.
«Yo aprendí con mi hijo, con la radio, haciendo la tarea con él aprendí a escribir y aprendí a leer» cuenta María.
Finalmente, Irma samudio culmina de contar su experiencia diciendo:
«Si el año que viene continúa esta pandemia no nos va a asombrar en cuanto a trabajo, ojalá que esto termine, pero si regresara nos van a encontrar fortalecidos y va a encontrar a un gran equipo humano tanto en las escuelas, en las comunidades, en oficina nacional, disponibles a prestar ese servicio con mucha dedicación con mucho compromiso, deseosos de llegar a los hogares que más nos necesitan, en las zonas vulneradas».
Deja una respuesta