El campamento logró integrar una comisión que, con su creatividad, motivación y sus talentos hicieron de cada espacio formativo, litúrgico y recreativo algo significativo para los jóvenes huellistas, llenando al movimiento del dinamismo y carisma que los identifica.
Dentro de las experiencias vividas en el campamento se pueden resaltar las opiniones de varios de los participantes.
“Fue una experiencia única que marcó mi vida, conocer personas de los distintos lugares del oriente venezolano, hablar de Dios, vivir nuestra Semana Santa con ellos, dialogando y aprendiendo, es algo que Huellas nos permite, y así lograr inspirar a los demás jóvenes, que sepan que si hay alguien que los apoya y apuestan por ellos, esa motivación es única y se agradece”, Franklin Flores, estudiante de Fe y Alegría Padre Luis Antonio Ormieres, Maturín, estado Monagas
“Me fue muy chévere ya que visitamos distintas casas de la comunidad de Caigüire y nos recibieron muy bien, me siento feliz y agradecida con todas esas familias que sacaron un pedacito de su tiempo para compartir con nosotros”, Laura Pérez, estudiante de Fe y Alegría San Luis, Cumaná, estado Sucre.
“Me sentí muy bien, al principio muy nerviosa por ser mi primer campamento, pero a pesar de los obstáculos, cansancio entre otros, logré compenetrarme con el grupo de vida que me tocó, e hicimos el trabajo en la comunidad con mucho esmero, desde la evangelización, limpieza de calles, recreación infantil, ayuda a ancianos que lo necesitaban. Fue una experiencia muy bonita, y me lleno de mucho amor por los demás, y me ayudó a crecer espiritualmente mientras apoyaba a los jóvenes y a la comunidad”, Yolibeth Regges, asesora del Colegio Fe y Alegría Padre Salinero, Barcelona, estado Anzoátegui.
“Quiero dar gracias por vivir esta Semana Santa con la plenitud de saber que hay mucha gente que aún en tiempos difíciles está dispuesta a dar el Mag+s en todo momento, que desea construir un mundo mejor, que saber que cada quien es único y dentro de esa individualidad, talentos, características y personalidades pueden poner en común el esfuerzo de lograr un sueño. Agradecido con Papá Dios y con todos quienes colaboraron, apadrinaron e hicieron posible que el Campamento Misión de Huellas en la zona Oriente se convirtiera en la experiencia de crecimiento personal y espiritual para formar a los líderes que este mundo necesita, No me canso de soñar, de apostar y creer en cada uno de los Huellistas y de las personas de buen corazón que piensan como yo que AUN NO SE TERMINAN LOS SUEÑOS. Aún nos queda mucho camino por recorrer, gracias a todos, comisión, asesores, coordinadores de pastoral, directores, Hermanas de la Pureza de María, profesores, familiares y a todos los involucrados en esta experiencia”, Ramón Paruta Coordinador del campamento.
Este campamento reafirmó que el Movimiento Juvenil Huellas es una Escuela de Líderes para el servicio.
Con información de nota de prensa Movimiento Juvenil Huellas
9 de mayo de 2017