Los pueblos celebran la Navidad desde hace 1667 años y en estas fechas permanece viva la alegría, la esperanza y la costumbre de interpretar gaitas, villancicos, parrandas y melodías que nos recuerdan el nacimiento del niño Jesús, la despedida del año viejo y la bienvenida al nuevo año.
La educadora y coordinadora del programa Madres Promotoras de Paz de Fe y Alegría, Luisa Pernalete, escribió un artículo sobre la importancia pedagógica de recuperar estas prácticas navideñas de cantar villancicos en las escuelas y comunidades.
Precisamente por la situación del país, Emergencia Humanitaria Compleja y de la pandemia, los venezolanos necesitamos un respiro para poder seguir resistiendo y no normalizar la desesperanza, y por ello celebrar la navidad, en medio de las dificultades, se convierte en una necesidad para nuestra salud mental. Escribo estrofas que pueden ser utilizadas en parrandas, misas de aguinaldo y saquen alguna sonrisa.
“¡Tun tun! ¿quién es? ¡Gente de paz, ábranme la puerta que ya es navidad!” ¿Quién no canta en navidad? Aunque sea desafinado. Yo, barquisimetana, toco cuatro desde pequeña, y a los 9 años ya participaba de un grupo de gaitas y aguinaldos con compañeras del colegio Inmaculada, donde estudiaba, y eso, de formar grupos temporales, lo he mantenido. Mientras trabajé directamente en escuelas, promovía los grupos en los planteles, y los recorridos por casas de la comunidad, visitando pesebres y cantando las calles. ¡Cómo animaba eso a todos! Alumnos, maestros, madres y padres y vecinos. ¡Todos cantando!
Es verdad que el país sigue muy mal. Cabalgando entre las dos emergencias, la humanitaria compleja y la pandemia, ambas con datos poco confiables. Y, aunque en algunas ciudades la escasez de gasolina ha mejorado un poco, los servicios siguen impredecibles, los salarios siguen siendo muy bajos y no alcanzan a veces ni para comer, menos para celebrar, todo el mundo con un familiar lejos, pero sé que la mayoría hará un esfuerzo por darse un respiro.
Cantar parrandas, aguinaldos, gaitas, es gratis, “Cualquier lata sirve de charrasca”, como dice la canción. Aunque hay que decir, que en Venezuela hay más gente con oído musical que lo que creemos, y en todo caso, desafinado también se puede animar.
Contribuyo a ese respiro necesario, compartiendo algunas de mis estrofas navideñas. Unas para expresar buenos deseos, otras para protestar, otras para reír un poco. La mayoría se pueden cantar con canciones conocidas como Fuego al cañón, o Corre caballito. Algunas pueden servir para cantar en las misas de aguinaldo. Otras pueden servir para cantar a los vecinos o para la familia mientras hacen hallacas.