Pensar la sostenibilidad ha sido un desafío permanente de nuestro Movimiento, desde su fundador hasta nuestros días, dado su carácter misional de servicio educativo en contextos vulnerables y de exclusión social y económica. 

Del 28 de febrero al 02 de marzo, nos reunimos como Programa Escuela para reflexionar y profundizar en las estrategias que hemos venido implementando desde hace tres años para fortalecer esta dimensión en contexto de Emergencia Humanitaria Compleja, signado por una drástica reducción del subsidio del Ministerio del Poder Popular para la Educación, disminución de los aportes que tradicionalmente daban  grandes contribuyentes y un Movimiento expandido con infraestructura física y humana que necesita mantener su misión y su servicio educativo al país.

En la jornada nos enfocamos en valorar lo que hemos venido implementando en sostenibilidad, con énfasis en gestión financiera, contabilidad, presupuesto e instrumentos de gestión y monitoreo. Nos apoyamos en el diálogo formativo y asesoría con expertos, quienes revisaron y retroalimentaron lo que hemos venido produciendo y esto nos dio la oportunidad para hacer ajustes en la estrategia para mejorar su eficacia.  

Como síntesis de este encuentro, ratificamos que debemos contar con una línea de gestión que pueda plasmarse como un plan de sostenibilidad, con metas y productos concretos; además, conformar equipos o comisiones de trabajo con los diferentes actores e instancia del Programa con alto sentido de corresponsabilidad y trabajo en equipo. 

El punto de partida es presupuestar de manera eficaz el servicio educativo de las escuelas con el apoyo técnico y logístico de las oficinas zonales, a través de la elaboración de las estructuras de costos en el marco de las resoluciones del MPPE que regulan y posibilitan esta práctica. Luego, presentar a la asamblea de padres y representantes para su aprobación.  

Por otra parte, insistimos en que estas estrategias se blindan con una gestión financiera que administre los escasos recursos en forma eficiente, tome decisiones oportunamente basada indicadores claves y fortalezca las prácticas de rendición de cuentas a la comunidad educativa como estrategias para generar confianza y mayor compromiso de todos con la sostenibilidad de la escuela.  

Vemos importante generar campañas educativas y comunicacionales que construyan nuevas creencias y generen prácticas conscientes de parte de las familias para sostener sus centros educativos. Igualmente implica un cambio en la concepción de nuestra gestión para asumirnos como prestadores de un servicio que debe ser de la mayor calidad posible y que las familias, dejando de ser meros beneficiarios, son contribuyentes que esperan ser atendidos oportuna y eficazmente. Tenemos por delante la tarea de reducir significativamente la tasa de morosidad.

Finalmente, mantenemos el compromiso de diversificar las fuentes de financiamiento con programas de autogestión, beca-padrino y emprendimientos educativos para lograr mayores niveles de inclusión en los casos de familias de alta vulnerabilidad social. La premisa es incrementar exponencialmente los contribuyentes, hacer de cada venezolano un pequeño aportante a la educación en Fe y Alegría, como lo afirmó nuestro fundador:

“El pequeño y el mediano donativo personal han contribuido a que pudiéramos atravesar la difícil etapa en que no recibíamos del Gobierno y de otros entes oficiales casi ninguna ayuda” 

Para continuar la ruta, mantendremos nuestra práctica de seguimiento y monitoreo permanente. Por ello, mensualmente, como Programa, estaremos socializando e identificando avances, dificultades y rutas para fortalecer la sostenibilidad de nuestro Movimiento y específicamente del Programa Escuela.