Desde que inició la cuarentena y el gobierno venezolano dio a conocer los primeros casos de Covid-19 en el país, las escuelas quedaron solas. Los salones quedaron vacíos y el ruido a la hora del receso ya no retumba en las paredes de las escuelas de Fe y Alegría. Los docentes se las ingeniaron para finalizar el año escolar atendiendo a los niños y adolescentes vía remota.
Sin embargo, a lo que no han podido dar respuesta es a los asaltos de los amigos de lo ajeno, quienes han aprovechado la soledad en las aulas de clases para desvalijar a las instituciones. Las escuelas de Fe y Alegría al oriente de Venezuela han sido las más golpeadas. Al menos 7 escuelas han sido robadas desde el mes de mayo.