Javier Barrios | Equipo de Comunicación de Fe y Alegría Venezuela
En el año 2012, el Padre Manuel Aristorena S.J, director general de Fe y Alegría Venezuela, para aquel momento, se reunió con su equipo de colaboradores: el Padre Joseba Lazcano S.J, José Rafael Roca, Erika Briceño, Silvia Paul de Oteyza, Lenys Martínez, Rutnery Gutiérrez y María Fernanda Sosa.
Durante este encuentro, llevaron a cabo una lluvia de ideas para definir el lema del año 2013, una práctica que se realizaba anualmente con antelación. Además del lema, se establecieron los temas del recuento, la agenda y las comunicaciones que se implementarían en el año siguiente. Los insumos para el lema surgían del contexto social, cultural y comunitario en el que Fe y Alegría desarrollaba su labor.
Para llegar a los lemas definitivos en Fe y Alegría, se llevaban a cabo conversaciones, discusiones y se colocaban ideas en pizarras y papelógrafos. Este proceso permitía madurar las propuestas y revisarlas hasta alcanzar el mayor consenso posible. El lema se convertía así en una idea central que cobraba significado dentro del movimiento y movilizaba las voluntades de la organización.
¿Qué significa el lema «Compromiso por la vida»?
Este lema nace en un contexto difícil en 2012, marcado por la inseguridad, la violencia y la falta de convivencia. Surge de una indignación ética frente a la injusticia, la discriminación y la exclusión. El compromiso se nutre de un corazón compasivo, que busca abordar la trágica realidad de la violencia y la inseguridad desde la perspectiva de los más desfavorecidos. Son precisamente los pobres quienes sufren con mayor intensidad estas problemáticas.
En la Revista recuento del año 2012 página 3 se deja leer en el artículo Fe y Alegría Compromiso por la vida un análisis del contexto:
“¿Cuánto vale una vida? En el mercado de la calle puede valer unos zapatos de goma de marca, una moto, el arma del policía… Por eso se mata; la vida parece valer solo eso. Las muertes se han convertido en apenas una referencia estadística, en un comentario de paso, sin que resuene el dolor y la impotencia ante el sin sentido. Hemos naturalizado la violencia, es lo normal. Hay un agravante: en buena mayoría, son jóvenes de nuestras comunidades.
A algunos los hemos tenido en nuestras propias aulas. Fe y Alegría, entre sus diversos recursos pedagógicos, escoge cada año un lema que apunta a un tema al que se le quiere poner especial atención. ¡En la última década, han sido seis las veces sin duda, demasiadas! -en las que se ha tocado ese tema del compromiso por la vida. Todos somos convocables si nos levantan una bandera que valga la pena… Y la educación de los pobres lo es”.
“Educación Popular”, no tanto por sus destinatarios cuanto por su intencionalidad transformadora que se expresa en una triple dimensión: ética, política y pedagógicas decir, entendiendo su misión desde el lugar del pobre, y en consecuencia con la intencionalidad transformadora, desde su específica vocación pedagógica.
Sentimos el mismo optimismo antropológico, igualmente convocante y motivador, en la palabra del papa Francisco: “El corazón de todo hombre y de toda mujer alberga en su interior el deseo de una vida plena, de la que forma parte un anhelo indeleble de fraternidad, que nos invita a la comunión con los otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes, sino hermanos a los que acoger y querer”.
El compromiso con la vida continúa siendo una idea fundamental en Fe y Alegría, que, tras 70 años de labor, sigue educando, formando y acompañando a sus estudiantes, docentes, trabajadores y familias en la defensa de la vida y la esperanza.
Caracas, 19 de febrero de 2025
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