Para ayudar a la población desplazada y migrante de Venezuela a ingresar al mercado laboral y desarrollar competencias en emprendimientos, Fe y Alegría realizó capacitaciones, brindó acompañamiento y facilitó capitales semillas para empoderar a esta población vulnerable.
La profesora Sandra Chacón, Directora del Programa Fe y Alegría Capacitación, señala que hay que empoderar a los migrantes y desplazados para facilitar su desarrollo, integración y convivencia desde una educación para la vida, para el trabajo y el emprendimiento.
Chacón dice: “hemos atendido a distancia a 20 participantes que por diversas razones salieron de Venezuela. 5 de ellos residenciados en Colombia, Argentina, Ecuador y Perú lograron acceder a un capital semilla para fortalecer su idea de negocio en las áreas de barbería, ofimática y repostería.”
En ese sentido el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) del estado Táchira y Fe y Alegría Capacitación, en el marco de un alianza y trabajo conjunto, vienen acompañando a los desplazados que se encuentran en la zona fronteriza del estado Táchira.
Estamos atendiendo 42 participantes en el municipio Pedro María Ureña en la modalidad presencial a través de los cursos de corte y confección en la especialidad de manufactura jeans, y un grupo de jóvenes en el área de peluquería.
La alianza ha permitido abrir caminos y unir esfuerzos para enfocar nuestra atención en los jóvenes, cuyas edades están 15 a 19 años, desplazados desde los estados Anzoátegui, Carabobo y Aragua. Se trata de migrantes que salieron del país hace dos años pero regresaron y se quedaron en la frontera, relata la profesora Chacón.
Luisa es venezolana y durante su viaje para migrar tuvo muchos tropiezos, no pierde su esperanza. “Recibir esta capacitación cambio mi vida y ahora quiero ser una empresaria y desarrollar una iniciativa de negocio para ayudar a mi familia”.
Entre abril y agosto hemos entregado 24 capitales semillas a jóvenes en las áreas de corte y costura, panadería, reportaría, barbería, reparación de computadoras y ofimática.
Alicia, quien migró por razones económicas, nos dice: “Los cursos me ayudaron a recuperar mi entusiasmo y le digo todo aquel que salga de su país que no se rinda y busque seguir estudiando”