Filosofía y dejavú de pandemia
Desde esa forma de ser y pensar, se formó como médico.
Fue una inclinación “natural” que mostró desde pequeño, pero no como cualquier médico. “Se formó en bacteriología y enfermedades endémicas y ejerció la medicina”, remarcando que se preparó “para atender a sus enfermos”.
Esta vocación de servicio la cultivó José Gregorio Hernández cumpliendo un itinerario, una disciplina personal que le valió hasta para los momentos más difíciles de su vida.
En la mañana se levantaba para ir a misa “y luego visitaba a sus enfermos, regresaba a su casa, tomaba un descanso breve, se iba para la universidad a formar nuevos médicos, nuevos servidores de la salud y formó una escuela”, indicó González Cruz.
Hay un episodio en su vida como médico que es ineludible no mencionar. En octubre de 1918 llegó al país la pandemia de gripe española que causó la muerte de más de cuarenta millones de personas en el mundo.
Los apuntes históricos señalan que en Venezuela habrían muerto unas 80 mil personas, de las cuales más de 1.500 fueron en Caracas.
El Dr. José Gregorio Hernández recién llegaba de actualizar sus estudios de Embriología e Histología en Nueva York y en Madrid, y se incorporó al intenso trabajo de la emergencia. Se crearon juntas de socorro, comisiones para cada parroquia y seis hospitales de aislamiento.
La Junta de Socorro Nacional quedó encargada de coordinar toda la lucha contra la epidemia y fue conformada por el arzobispo Mons. Felipe Rincón González, Vicente Lecuna, Santiago Vegas, Dr. Francisco, Antonio Risquez, Dr. Rafael Requena y coordinada por el Dr. Luis Razetti, todos amigos y colegas del Dr. Hernández, quien se integró como uno de los más activos luchadores.