Fe y Alegría Internacional ha reafirmado su profundo reconocimiento a la vida consagrada por su papel clave en la misión educativa y social del movimiento. En el marco del reciente encuentro internacional de Congregaciones Religiosas y la celebración del Día de la Vida Consagrada, se ha destacado la entrega y compromiso de religiosas y religiosos que, desde los márgenes, hacen posible una educación transformadora.

La carta enviada a las congregaciones resalta la centralidad de su labor, recordando las palabras del Padre José María Vélaz: “Las religiosas son en muchos aspectos la más grande fuerza existente y organizada que tiene la Iglesia”. Su presencia en Fe y Alegría no solo fortalece la identidad y el carisma del movimiento, sino que también aporta liderazgo, impulso pastoral y una visión profética que inspira a toda la red.

Se hizo memoria del primer encuentro presencial de congregaciones en el Congreso Internacional de Quito, donde se formularon diez intuiciones clave recogidas en la Declaración de Quito. Estas mociones del Espíritu subrayan la necesidad de una misión compartida con audacia profética, creatividad apostólica y sinodalidad, reafirmando el compromiso con los más vulnerables.

Desde este agradecimiento, se plantean tres llamados fundamentales:

1. Renovar la presencia de la vida consagrada en las fronteras, acompañando a los más excluidos.
2. Ser testimonio vivo de radicalidad en el servicio a Dios y a los empobrecidos.
3. No perder la audacia profética que anima a todo el movimiento.

En este año jubilar, Fe y Alegría reitera su compromiso de seguir construyendo, junto a la vida consagrada, una educación que transforma y una sociedad más justa y fraterna.